Se presenta una selección de 134 barajas de la colección del Museo Fournier de Naipes de Álava. Aproximadamente la mitad (61 barajas) han sido realizadas en el Estado, y el resto en diferentes países europeos. Son principalmente barajas alemanas (25 ejemplares), francesas e inglesas; también hay cartas de Holanda, Finlandia, Portugal y Rusia, y otros países como Argentina, Méjico, India, Cuba y Estados Unidos.

El fabricante de naipes más representado es, como no podía ser de otra manera, nuestra empresa Naipes Heraclio Fournier, con 26 barajas realizadas en distintas épocas de la empresa, en concreto entre 1918 y 2015.

La amplia y variada colección del Museo Fournier de Naipes, obliga a realizar exposiciones temporales para mostrar la diversidad de sus fondos, que no pueden ser expuestos en su totalidad en la exposición permanente del museo por limitaciones de espacio. Esto permite además que la visita al museo sea una experiencia más dinámica. Se “invita” por tanto al visitante a “repetir” en el museo, para conocer más a fondo nuestra colección; es una oportunidad más para estar en contacto con el público, informarle de otras actividades, escuchar sus opiniones, …

Se pretende abordar estas muestras atendiendo a criterios de distinto carácter, puesto que el volumen y la diversidad permite el acercamiento a los naipes desde distintas facetas: siguiendo criterios cronológicos, o en función de diferentes técnicas (como se hizo el año pasado con la exposición “Chalkós” sobre grabado del siglo XVIII), áreas geográficas (como fue la exposición “Ganjifa” con naipes de la India, realizada en 2016), o sobre contenidos temáticos específicos (como la exposición sobre las denominadas “barajas de transformación” realizada en 2015), etc.

En esta ocasión, se han recuperado algunas cartas con las que jugamos en nuestra niñez, y que forman también parte de la colección del museo. Se muestran en la sala de exposiciones, ordenadas en distintas áreas, dedicadas por ejemplo a los juegos, a las familias, a los cuentos y a los naipes educativos.

Estos naipes infantiles, aquí, en otros lugares y en otras épocas, fueron utilizados no solo para jugar y pasar el tiempo, sino también para aprender de forma entretenida y divertida. Queda demostrado que a lo largo de la historia se han utilizado juegos de todo tipo, no solo naipes, como auténticas herramientas pedagógicas; para desarrollar la memoria, practicar con la lectura o las mátemáticas, o adquirir conocimientos sobre otros campos diversos como la historia o las especies vegetales y animales. Este uso educativo de los naipes, lo podemos ver en la exposición varios ejemplos. Cartas para aprender jugando o jugar aprendiendo, a sumar y restar, a emparejar palabras con imágenes, a formar cuartetos de dinosaurios con nombres extraños, o de protagonistas de distintos hechos históricos.

Pero no tienen sólo este objetivo educativo. Son cartas para jugar. Para entretenerse, para divertirse con amigas y amigos, en casa, de vacaciones… Juegos de cartas, con unas reglas más o menos sencillas, de “descartar”, de “robar carta”, reglas que se enseñan de unos a otros, y que hasta se pueden cambiar, si así el juego resulta más divertido.

También en otros países encontramos juegos con reglas similares. Aunque aparentemente algunas de estas barajas nos resultan más “exóticas”, por contener unas imágenes diferentes, o una estética peculiar, Aunque tengan denominaciones como Old Maid, Schnipp Schnapp, Cric Crac, Zwarte Piet, … son también juegos sencillos, similares por ejemplo al “juego de la mona”, a “hacer parejas” o “ hacer familias”, etc.

Se han seleccionado naipes fabricados entre los siglos XVIII y XXI. La más antigua, de hacia 1710, es una baraja inglesa de tipo educativo, “Arithmetical cards”; otras barajas interesantes o curiosas son las cartas en miniatura de Clemente de Roxas de 1800, también las de la marca Liliput (de Fournier), un “Juego Alfabético” francés de 1810, o las barajas inglesas de familias de la segunda mitad del siglo XIX, por destacar algunas.

En esta exposición nos acercamos también al origen de estos juegos “de familias”, que se sitúan hacia el 1850 en Inglaterra. Podemos ver la difusión de esta tipología hasta llegar a mediados del siglo XX (evolucionando con diferentes variantes, de 11 familias   con oficios diferentes, barajas de 6 familias …) y acercarnos por ejemplo en los años 60 a los populares juegos de “las 7 familias” de Fournier, que tanto éxito tuvieron.

Así como en 1851 el fabricante John Jaques encargó al dibujante John Tenniel los diseños de «Happy Families», una baraja de gran éxito, difundida a través de la primera Exposición Universal de Londres, también Fournier, en las distintas etapas de la historia de la fábrica, ha recurrido a diseñadores, y ha tenido en plantilla a dibujantes y artistas que han tenido un papel primordial en el éxito de su producción. Junto por la preocupación por la calidad de los materiales y los procesos de impresión y demás tratamientos, es también el diseño, la imagen, los dibujos, la apariencia, “lo visual”, el responsable de su éxito.

Hemos citado a John Tenniel, que sería años después el autor de las ilustraciones originales de «Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas”. Podemos citar igualmente a otros autores de naipes infantiles como Carlos Busquets, Berta Upton, Enrique Pastor, Pierre Jacquot, o ilustradoras actuales como Lina Vila. Pero queremos destacar a José Luis López Fernández, un ilustrador vitoriano, autor de los diseños de la baraja «Familias de 7 países», editada a partir de 1965 por Naipes Fournier, y que fue también ilustrador de numerosas y variadas obras, desde tarjetas de felicitación a cajas de chocolates y caramelos (como las de Elgorriaga o Goya), y de gran cantidad de cuentos infantiles.

En relación con los cuentos infantiles, hemos dedicado un apartado de la exposición también a este tema. Las barajas “de cuentos” son una versión resumida de los relatos originales. Son cartas muy vistosas, de mucho colorido y diseño también muy cuidado, para hacerlas atractivas entre los más jóvenes.

El museo Bibat ha querido acercar a las familias que no conocen el Museo Fournier de Naipes, o que ya han venido alguna otra vez, para que “repitan” porque no van a encontrarse con lo que vieron entonces. Es una exposición “para todos los públicos”. Una exposición de naipes infantiles dirigida también “a mayores”, ya que posiblemente van a reencontrarse con cartas con las que no han jugado hace unos cuantos años. Para que la disfruten con los más pequeños, y vuelvan a jugar con aquellas u otras cartas, cambiando las reglas o no.

Además, la muestra se ha complementado con dos talleres didácticos, destinados al público infantil, pero también a personas adultas, que tuvieron lugar el 26 de mayo. En colaboración con la Escuela Museo de Origami de Zaragoza tuvo lugar un taller de origami (papiroflexia) para edades comprendidas entre 8 y 99 años. El curso de iniciación destinado a profesores, educadores y cualquier persona interesada, tuvo lugar en dos sesiones del mismo día 26 de mayo.