Cerabella y Fournier, dos empresas históricas y referentes en sus respectivos sectores, han unido fuerzas para dar vida a un proyecto muy especial: Xinxetes. Esta colaboración nace del respeto por la tradición, el diseño y la sostenibilidad, y rinde homenaje a la luz, a la memoria y a esos materiales que merecen una segunda oportunidad.
Fundada en Barcelona en 1862, Cerabella lleva más de 160 años creando velas artesanales de gran calidad. Su compromiso con la belleza y la artesanía se refleja en cada una de sus piezas, y Xinxetes no es la excepción. En esta ocasión, la marca se ha aliado con Fournier, empresa histórica de naipes, para transformar el excedente de cartas originales en algo completamente nuevo: mariposas flotantes.
Estas pequeñas velas, troqueladas una a una a partir de cartas desechadas, se convierten en islas de luz que arden delicadamente sobre el agua. Cada caja incluye cartas perforadas y un sobre con mechas, invitando a un ritual íntimo, efímero y sin artificios. Encender una mariposa es encender un recuerdo impreso en papel: una carta que ya no se juega, pero que aún ilumina.
El diseño recupera la estética atemporal de las barajas, con un aire vintage que envuelve toda la experiencia. Es una propuesta que va más allá de lo decorativo: es una declaración de principios y una apuesta por la sostenibilidad y la economía circular.
Xinxetes es un proyecto único, nacido de la colaboración entre dos marcas que comparten historia, sensibilidad, tradición y visión de futuro. Una invitación a reconectar con lo esencial, a celebrar la luz y a dar nueva vida a lo que parecía olvidado.
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